Recreación de un taller
La máquina del tiempo para volver al Barroco y conocer cómo trabajaba Francisco Salzillo
A través de los paneles y dibujos que Luis Garay ideara sobre el taller de Salzillo para el libro de Antonio Oliver, así como el sugerente retrato del escultor en su taller de Juan Bonafé, de 1927, el visitante puede hacerse una idea sobre cómo podría haber sido el espacio del taller del artista.
José Sánchez Lozano, escultor del siglo XX, es uno de los máximos exponentes de la escuela de Salzillo. Sus herederos donaron una conjunto de herramientas de su taller, algunas de las cuales fueron pasando de aprendiz a aprendiz procedentes del mismo taller de Francisco Salzillo.
A través de estas herramientas se recrea un taller barroco con la finalidad didáctica de la mejor comprensión de las técnicas y procedimientos de elaboración de una escultura en madera policromada.
Por último, en una vitrina se encuentran una selección de los moldes que sobre una copia del belén de Salzillo hiciera el escultor José Nicolás Almansa y que adquirió el Estado para el Museo Salzillo en 1952.
El escultor contemporáneo Juan Martínez Lax sacó en 2012 dos vaciados sobre un paje y un ángel del Belén verificando su perfecto estado de conservación.
Salzillo pintor
Una pequeña vitrina acoge algunas de las obras que, según la tradición, fueron pintadas por el propio Francisco Salzillo, entre las que se encuentra el autorretrato del escultor y de su esposa, el grabado de la Virgen del Patrocinio o el boceto de la Virgen de las Angustias de Lorca.
En el grabado ya firma con la grafía Salzillo (con “z”), que volverá a utilizar más tarde.